03 Abr, 2013

Menos es más, también en tus joyas

Una de las grandes premisas que marcan cualquier estilo de maquillaje y de elección de complementos es que “menos es más”. Saber combinar correctamente tu vestido de novia con tu maquillaje, tus zapatos y tus complementos será clave para que el conjunto sea perfecto, armonioso y tu imagen, para tus invitados y para las fotografías, no quede ni recargada ni sosa. En el término medio anda siempre el juego.

Hoy nos gustaría daros algunos consejos para que esta elección se os haga más fácil.

El primer paso, por supuesto, es elegir tu vestido de novia, ya que de su estilo y su color dependerá el tipo de joyas que más te conviene utilizar.

Para vestidos blanco puro o crudos, los complementos que mejor sientan son los plateados, en plata, en oro blanco o en platino, ya que la luminosidad de tu traje puede quedar anulada si utilizas joyas demasiado vistosas.

Los adornos tipo cristal, con cristales de swarovski por ejemplo, o incluso diamantes, también casan a la perfección con estas tonalidades.

Si tu vestido es perlado o adiamantado, tienes el abanico más grande de elección que se puede tener, ya que, al ser ligeramente más opaco que el anterior, menos brillante, te permitirá combinar tanto con joyas doradas como plateadas.

Para los trajes de novia en marfil o en tonos crema, se recomienda, sin embargo, utilizar dorados en vez de plateados, ya que son vestidos de tonalidad mucho más suave que precisan un toque de luz y para ello, nada mejor que el oro de toda la vida.

Lo mismo ocurre con los vestidos, tan de moda, en tonos champan, ya que su base dorada chocaría totalmente con joyas plateadas. Por ello, en este caso, también oro y, si te gustan, tampoco son descartables las perlas naturales.

Otro aspecto a tener muy en cuenta, además del color, es el escote del vestido.

Para vestidos palabra de honor, de escote redondo o de escote corazón, se aconseja el uso de gargantillas. Cuanto más pronunciado sea el escote, más grosor puede tener esta joya sin restar protagonismo al resto del conjunto.

Si vuestro vestido es con un escote en pico muy pronunciado, ya podéis lanzaros a los collares más largos e incluso con colgantes a juego con el resto del conjunto.

Si, por el contrario, os habéis decidido por un vestido helénico, tan de moda este año, o por un cuello halter, barco o cisne, es mejor que prescindáis de esta joya y centréis vuestros complementos en los pendientes, pulseras y brazaletes, si no queréis que el conjunto quede recargado.

Muy importante es también tener en cuenta el peinado que hayáis elegido.

Si optáis por un recogido alto, los pendientes largos e incluso voluminosos pueden quedar perfectos.

Si, por el contrario, os habéis decidido por un semi-recogido o por el pelo suelto, el largo del pendiente debería disminuir, desde los colganes ligeros no muy largos, en el caso de los semi-recogidos, hasta las dormilonas o pendientes muy cortos para el pelo suelto. Cuanto más largo sea vuestro pelo, más corto debería ser el pendiente.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta el corte general del vestido a la hora de elegir pulseras. Si lleváis un traje de mangas largas o de medias mangas, o tenéis pensado llevar otros complementos, como guantes, abanicos, etcétera, es mejor que huyáis de las pulseras recargadas. Una o dos pequeñas cadenitas o pulseras finas de muñeca en los mismos tonos que el resto de las joyas serán suficientes.

Sin embargo, si tenéis un vestido muy veraniego, sin mangas, con corte helénico o palabras de honor, se abre un gran mundo de posibilidades para vuestros brazos. Desde las finas cadenas que comentábamos antes, hasta pulseras más gruesas e incluso brazaletes para llevar por encima del codo. Todo dependerá, por supuesto, de vuestro estilo y de vuestros gustos.

Teniendo claros estos detalles sobre cada una de las joyas que se pueden utilizar, finalmente, es muy importante mirar el conjunto. Aunque llevemos un recogido alto, con vestido palabra de honor que, por supuesto, no lleva mangas, no debemos ponérnoslo todo encima: pendientes largos y grandes, gargantilla gruesa, pulseras anchas, brazaletes… Como decíamos al principio, menos es más.

Hay que tener en cuenta que si llevas un vestido muy voluminoso, con muchos brillos y/o con un corte muy particular y llamativo, no debes restarle protagonismo con las joyas. Unos toques de luz serán suficiente para que estés perfecta.

No obstante, si te has atrevido con un vestido corto o has elegido un vestido muy sencillo, sin mucho volumen, puedes combinarlo con piezas más llamativas, ya sea con las joyas o, incluso, con otros complementos igualmente preciosos, como cinturones con cristales, una tiara o hasta unos zapatos espectaculares.

Piensa qué accesorios son tus favoritos y a cuales puedes renunciar y trata de equilibrar la balanza entre las diferentes partes de tu cuerpo. Por ejemplo, pendientes largos y/o voluminosos van bien con una gargantilla muy sencilla. Un brazalete queda estupendo si no vas a utilizar collares. Si quieres llevar ese colgante maravilloso que has heredado de tu familia o que te encanta, aunque tu peinado sea alto, reduce ligeramente el tamaño de tus pendientes.

Y si para ti lo más importante es que luzca como nunca el maravilloso vestido que te has comprado, tiende hacia la mínima expresión: pendientes pequeños, fuera gargantilla y lo mínimo en los brazos. Brillarás con luz propia.

Esperamos que estos consejitos os ayuden a decidir vuestro look nupcial. Y ya sabéis que, elijáis lo que elijáis, en las fotos de la boda saldréis siempre guapísimas si estamos nosotros tras la cámara jeje 😀

Pasad buena semana!

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