02 Ago, 2012

Cuando el trece es símbolo de buena suerte.

Una de las tradiciones más llamativas que los novios pueden hacer durante la ceremonia es la entrega de arras. Muchos de vosotros no la habréis visto, porque la verdad es que cada vez son menos las parejas que llevan a cabo este intercambio.

Para aquellos que no sepáis qué son las arras, os diremos que son trece monedas, (no, no, las de Judas, no ), preferiblemente de oro o plata, aunque pueden ser de cualquier otro mental, y todas del mismo tamaño, que los miembros de la pareja se entregan después de darse los anillos.

El significado de esta tradición es variado. Hay quién opina que simboliza la unidad de los bienes que ambos cónyuges van a compartir (antiguamente era únicamente el hombre quién se las entrega a la mujer). Existe también otra que asegura que las arras las entrega el novio a la novia como ‘premio‘ a su virginidad.

Hoy en día, su significado está alejado de esta arcaica concepción del matrimonio y, actualmente, son un símbolo de la unión y el deseo de compartir los bienes de vuestro matrimonio.

Esta la teoría más extendida aquella que cuenta que las arras significan la promesa de compartir y cuidar los bienes futuros, es la aceptación de las muchas responsabilidades por parte del inminente matrimonio para que nunca falte nada en el nuevo hogar que están a punto de construir.

Como ya os hemos dicho son trece. Y lo son porque simbolizan los doce meses del año y hay una más como acto de generosidad para compartir con los más desfavorecidos. Como veis éste es el único caso, que nosotros sepamos, en el que el número trece es símbolo de buena suerte. !Sorprendente¡

Esta tradición tiene su origen en Oriente. Aunque más tarde fue recogida por el Derecho Romano y establecida en España a través del derecho Germánico-Visigótico y el apoyo de la iglesia.

Como norma general, los encargados de portar las arras son los pajes que suelen tener algún parentesco cercano a los novios; suelen ser sobrinos o hijos de amigos íntimos. Si la pareja ha decido no llevar pajes, entonces, las trece monedas las llevan los padrinos quienes se encargan de entregarlas al sacerdote durante la ceremonia.
Si tras leer nuestro post os decidís a llevarlas, lo más bonito es que sean de verdad y sin son antiguas mejor, y si además pertenecen a la familia, mejor que mejor, ya que tendrán un sentido aún más tradicional y personal.

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