¿Cómo tienes pensado ir a dar el ‘sí quiero’ ? ¿Caminando, en coche de caballos, en trineo?… Es broma. Pero lo cierto es que éste es uno de los detalles que siempre se dejan para el final, pero que es tan importante como cualquier otro.

No puedes dejar para el último momento o en manos incorrecta la elección del vehículo. Normalmente, tanto el novio como la novia recurren a algún familiar, amigo o conocido que tenga un bonito coche, pero hay miles de formas dónde elegir. El límite lo ponéis vosotros.

Ten en cuenta que los invitados, agolpados en la puerta de la iglesia o del juzgado estarán pendientes de la llegada de la novia (no tanto del novio) y ésta tiene que hacer una llegada espectacular. Bajarse del vehículo elegido y mostrarse radiante y feliz. No vas a llegar en una carrucha (aunque para gustos…).

Lo cierto, es que el mercado y tu imaginación ofrecen múltiples variedades:

Calesa: llegar a la iglesia en un carruaje tirado por caballos es una de las maneras más románticas que hay. Y elegante.

Coches: en esta opción tienes a su vez varias modalidades. Puedes elegir uno de lujo, un BMW, un Mercedes o una limusina, por ejemplo (depende de tu economía) o un deportivo como un Porsche o un Lamborghini, o si lo prefieres, uno más clásico, como un Chevrolet Phaeton, un Morgan, un Citröen, un Rolls Royce, un Lincoln o un Jaguar.

Hay para todos los gustos.

Luego, claro está, hay opciones muchísimas más atrevidas como los que se atreven con un sidecar que, desde luego deja claro que los novios son tremendamente atrevidos y divertidos, o en barco, o metro, o en bus…

Pero a pesar de todo, lo importante es llegar ¿no?