Noel y Cristina decidieron hacer realidad su sueño de casarse cuando ya llevaban muchos años de noviazgo y tenían una preciosa hija. Y, sin duda, la espera mereció la pena porque el resultado fue una de las bodas más bonitas que hemos tenido la suerte de realizar.
Para su gran día escogieron el hotel Masía de Solá, en Mistrol de Calders. Un lugar encantador en el que lo rústico y lo moderno se conjugan en una decoración ecléctica y sofisticada, que resultó una auténtica maravilla para inmortalizar a los novios.
La pareja había decidido hacer algo realmente íntimo y muy sentido, con las personas más allegadas. Los invitados eran tan solo 30, más que suficiente para un enlace muy muy personal y discreto, pero lleno de detalles especiales.
De hecho, en sus fotografías, en principio, querían tan solo que hiciéamos la ceremonia y un reportaje en los jardines aledaños. Pero el lugar era tan bonito que no pudimos resistirnos a inmortalizarlos en las magníficas habitaciones de la Masía. Sin duda merecía la pena por el gran resultado.
La ceremonia comenzó alrededor de las 18.30 horas de la tarde, en un pequeño e íntimo salón del hotel en el que se desarrollaría luego la celebración. El ambiente era absolutamente magnífico: pequeño, cercano, con una iluminación indirecta muy cuidada, paredes de piedra preciosas, las personas más queridas de los novios… No podía ser más perfecto.
Ante la atenta mirada de su pequeña, los novios se dieron un sí quiero muy auténtico, sin que Cristina pudiera evitar verter alguna lagrimilla. Fue realmente emocionante.
Tras esto, los invitados recibieron con arroz a los novios y nosotros los robamos durante un ratito para aprovechar el precioso espacio y ofrecerles algunas instantáneas tan bonitas como éstas.
Sin duda, el resultado fue realmente diferente y estamos seguros de que la pareja disfrutó muchísimo de su gran día. Solo basta verles los rostros de alegría.
Les deseamos que esa felicidad les dure toda la vida y que los tres tengan una vida en común maravillosa.