Tal y como dice una zarzuela “hoy los tiempos cambian que es una barbaridad” y ya quedan muy atrás aquellos posados con los que nuestros abuelos inmortalizaban el día de su boda. Aquéllas en las que tu abuelo aparecía sentado, muy serio; y tu abuela, igual de seria, de pie a su lado, en las que lejos de parecer contentos parecían que estaban en un funeral. Y más si estaban vestidos de negro. Algo muy habitual en esa época.

Ahora la cosa es bastante, pero que bastante diferente. Si bien es verdad que depende del carácter y del atrevimiento de los novios, la tendencia actual es la de fotografiar a la pareja en cualquier lugar: el campo, la playa, la habitación de un hotel, incluso a medio vestir como lo están haciendo en China (veremos a ver qué pasa cuando llegue aquí.)

Hay millones de lugares dónde poder ‘posar’ y dejar huella de ese amor que os profesáis. Lo que esta claro es que esas sesiones interminables y aburridas donde parecéis más unos maniquíes que personas ya no son una opción (aunque para gustos los colores).

Ahora debes estar y aparecer tal y como eres. Si te gusta el campo, pues nos vamos al campo; si te gusta la playa, pues a la playa. Lo importante es dejar ver tu verdadero yo, tus gustos y sobre todo tu alegría y felicidad.

Es verdad que por timidez o falta de costumbre a casi nadie le gusta sacarse fotos. Pero esta ocasión bien merece un sacrificio ¿no?. Así, podéis charlar animosamente mientras dais un paseo o jugar desenfadadamente entre vosotros, como si el fotógrafo no estuviera allí. Os aseguramos que el resultado es magnífico y muy natural.

También podéis haceros las fotos jugando en el coche que hayáis elegido para el enlace o caminar por los lugares más emblemáticos la ciudad o por sitios que sean importantes para vosotros y que signifiquen algo en vuestra relación: donde os disteis el primer beso o donde os prometisteis, por ejemplo, es súper romántico.

También ha cambiado el enfoque, es decir, el ángulo que el fotógrafo le imprima a la foto puede cambiar radicalmente el resultado. Desde arriba, desde abajo o haciendo una panorámica se podrá observar los elementos que nos rodean, así como a nuestros invitados y todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

Bueno, lo dicho viva la creatividad, la imaginación y el atrevimiento. No te arrepentirás y cuando pasen los años y veáis juntos las fotos seguro que volverán miles de recuerdos que os unirán más.