Hay que reconocer que los zapatos son un complemento que no se debe tomar a la ligera, pero el día de tu boda… se convierten en algo tremendamente importante. Además, hay que añadir que a las mujeres esos de los zapatos las vuelve locas. Decenas de zapatos no son nunca, nunca suficientes.

En fin, lo dicho, que son importantes.

Pero a la hora de elegirlos para un día tan especial, la cosa se complica. Hay muchísima variedad, de tacón de aguja, botines, de tacón más bajito, sandalias… Y en cuanto a colores, aunque la cosa es más moderada (suelen ser blancos o blanco roto), también hay variedad, dependiendo, claro está, del gusto de la novia: rojos, azules...

Lo cierto es que hay que elegirlos con mesura y siendo consiente de que los vas a llevar puestos mucho rato, que vas a bailar con ellos y que posiblemente no te los quites hasta bien entrada la noche o la madrugada.

A la hora de decidirte por unos o por otros debes tener algunas cosas en cuenta. Por ejemplo, el lugar donde vayas a celebrar la boda. Evidentemente, no es lo mismo hacerlo en un salón, donde un buen tacón queda maravilloso, que en la playa o en césped, donde debes tener cuidado con los tacones de agujas que se te entierran en el suelo y puede convertirse en un verdadero problema. Por lo tanto, debes ponerte unos zapatos de tacón más bajo para evitarte quebraderos de cabeza.

Pero dejando de lado estas ‘nimiedades’, es verdad que el tacón estiliza tu figura, hace que tu andar sea más sinuoso, elegante y porque no decirlo más sexy.

En cualquier caso debes ser tú misma y elegir los zapatos que más se adapten a tu personalidad: clásica, moderna, rockera, romántica, incluso hippy. Recuerda que debes estar cómoda aunque tampoco debes renunciar a la elegancia.

Recuerda, también, que todas las miradas van a estar centradas en ti y si eres de las que no suele usar tacones empieza a practicar unas semanas antes con un libro en la cabeza para mantener el equilibrio. Sin embargo, nuestra recomendación es que lleves unos zapatos de repuestos, por si tus pies llegan a gritarte: ¡¡¡Basta ya!!!

En este caso, vuelve haber opciones. Bien puedes aprovechar esos zapatos tan cómodos que te sacan siempre de algún apuro, forrados igual que tu vestido. O bien puedes llevar unas manoletinas que pueden aliviarte muchísimo y hacer que tu fiesta dure más… y tus pies también.